Hasta hace relativamente poco, era fácil asociar la palabra psicólogo con los trastornos mentales, difícilmente se distinguía entre un psicólogo y un psiquiatra, y cualquiera de estas dos palabras se asociaban rápidamente, a problemas mentales graves. Por suerte, hoy en día, este tipo de casos son una minoría en las consultas de psicología, y el visitar a un psicólogo esta empezando a perder ese aire de tabú y secretismo que lo envolvía.
Un psicólogo es en realidad una persona que estudia patrones de comportamiento y sus efectos e influencias, tanto en nosotros mismos como en los demás, es, por así decirlo, una persona que sabrá decirte porqué te portas como te portas o porqué siempre acabas metido en el mismo problema sin quererlo, cuando ni tú mismo lo sabes.
Y… te suena de algo el término «Psicología Positiva»? La psicología positiva es esa que ayuda incluso a las personas que no tienen ningún tipo de problema, esas que son felices y duermen genial por las noches… si, has leído bien… las personas perfectamente felices también pueden ir al psicólogo, ya que todos tenemos algo en lo que mejorar. La psicología positiva se dedica exactamente a eso: estudiar los hábitos de las personas felices, a entender qué hacen y porqué consiguen ser felices, a estudiar las rutinas, la organización o la forma de comunicarse o relacionarse de las personas más efectivas en su trabajo, a entender que hacen diferente esas parejas que siempre parecen perfectas y que siempre encuentran una solución a sus problemas… La psicología positiva se dedica, en resumen, a mejorar la calidad de vida de las personas, incluso cuando esta ya es buena de por sí…
Algunos motivos por los que puedes visitar a un psicólogo:
- Sientes malestar en tu vida diaria: Si sientes que un problema causa dificultades significativas en tu vida diaria, sea en el trabajo, en casa, con tus hijos o pareja y no consigues solucionarlo, es una señal de que te beneficiaría ir al psicólogo. Tal vez incluso no sepas donde está el problema y simplemente sientas apatía, cansancio, tristeza o desmotivación, aún incluso cuando parece que todo en tu vida funciona perfectamente y no tienes problemas. Muchas veces, existe una discrepancia entre nuestros propios valores, opiniones o metas, y los valores u opiniones que nos han inculcado nuestros padres o incluso la sociedad, y esos valores los tenemos tan asumido e interiorizados, que los confundimos con los nuestros propios, y es difícil detectar por qué nos sentimos tristes o confundidos cuando en apariencia estamos consiguiendo todo lo que queríamos. Un psicólogo puede ayudarte a encontrar esta discrepancia y entender por qué te sientes así.
- Tus amigos o pareja están preocupados por ti. Muchas veces cuando un problema empieza, los signos primarios son difíciles de detectar por uno mismo, simplemente te sientes apático, desganado o irritable, y puede que ni te des cuenta de cuán a menudo te sucede esto, por lo que es importante estar atento a las perspectivas que otros tienen sobre ti, especialmente cuando se trata de personas relevantes en nuestras vidas como puede ser una pareja. Consultando a un psicólogo puede ser que descubras alguna preocupación de la que no eras consciente y que te estaba provocando esa irritabilidad, o tal vez no, tal vez sea algún patrón comunicacional disfuncional que esté afectando a la pareja, en cuyo caso, un psicólogo también podrá ayudaros… en cualquier caso, cuando una persona cercana nos insiste mucho en que estamos raros, algo suele haber detrás de esos comentarios, sea un problema nuestro, suyo, o de los dos.
- Has sufrido una situación difícil en el pasado y no puedes dejar de pensar en ella. Todos pasamos por malos momentos en algún momento de nuestras vidas, ya sea un duelo por la pérdida de un ser querido, una ruptura de pareja, o algún evento traumático significativo, y es normal, a todo el mundo le pasan cosas… pero cuando pasado un tiempo no eres capaz de dejar de pensar en ello, las imágenes y los recuerdos te asaltan en el peor momento e interfieren en tu vida, o incluso justificas tu forma de ser o algunos de tus actos por lo que pasaste en algún momento de tu vida, quizás es hora de visitar a un psicólogo y que te ayude a procesar de manera correcta esos recuerdos dolorosos que no te dejan avanzar.
- Sufres dolores recurrentes de cabeza, estómago o bajas defensas que no tienen explicación lógica. ¿Has oído el término psicosomatizar? Es la forma que tiene el cuerpo de decirnos que tenemos un problema sin resolver cuando tratamos de ignorarlo. Muchas veces los problemas emocionales se manifiestan en síntomas físicos si se prolongan en el tiempo y no les prestamos atención.
- Las relaciones nunca te salen bien. Sean de amistad o sentimentales, siempre acabas teniendo problemas en las relaciones personales, puede que incluso creas que todo el mundo está contra ti o que el mundo es malo, cruel, o que no te entiende. Muchas veces, son nuestros propios patrones de comportamiento los que influyen y provocan los de los demás. Cuándo acumulamos malas relaciones personales, y la desconfianza se convierte en nuestra compañera de trío habitual en cualquier tipo de relación, es probable que las personas terminen «fallándonos» y confirmando así nuestra teoría inicial, es lo que en psicología se llama efecto pigmalión o profecía autocumplida, y sucede mucho más a menudo de lo que te imaginas. Si el miedo a perder, a que te fallen, a que te mientan, los celos o la desconfianza son tus compañeros habituales, un psicólogo puede ayudarte a reconocer cómo y cuándo se instalaron en tu vida y enseñarles de nuevo la puerta de salida.
- Por supuesto, cuando la meta sea aumentar tu potencial, mejorar como persona, o simplemente hacer tu vida mejor y más feliz. Si quieres aceptarte a ti mismo, conocer de dónde vienen tus patrones de comportamiento, como te influyen los estilos educativos de tus padres, o cómo influyen los tuyos en tus hijos. Si quieres mejorar en tu trabajo o en tu organización en la vida diaria. Si quieres ser más efectivo a la hora de plantearte metas y objetivos y mantenerte motivado. Si quieres ser mejor padre, aprender sobre métodos educativos o cómo están influyendo tus comportamientos en tus hijos. Si quieres mejorar en tu capacidad comunicativa, en tu forma de relacionarte en pareja o de hablar en público, si quieres mejorar tu habilidad para hablar de emociones o sentimientos. Todo esto, es lo que un psicólogo ha estudiado, y podrá guiarte en tu camino hacia la mejora personal.
Si te has sentido identificado con alguno de estos motivos, o simplemente quieres que te ayudemos a mejorarte como persona, consúltanos, sin compromiso, la primera consulta es gratuita y estaremos encantadas de conocerte y ayudarte con lo que sea que quieras mejorar!